viernes, 4 de julio de 2008

LOS GIGANTES DE LA SABANA






Algunos miembros del legendario “club de los cinco” se salvaron por los pelos.
Todo comienza hace 150 años, en el siglo XIX, cuando los colonos crean las primeras “reservas” en África Oriental para limitar la caza “alimenticia”.

Estos espacios protegidos atraen a los “viejos fusiles” europeos de la época victoriana. De esta forma nace el mito del gran cazador blanco, inmortalizado por Ernest Hemingway en Las verdes colinas de África (1935) y Las nieves del Kilimanjaro (1936). En 1953, Hollywood se sube al tren, llevando a la gran pantalla la última obra mencionada.
La fauna africana paga el precio de las matanzas “deportivas”. En el periodo de 1860 a 1930, cada año se ejecutan entre 25.000 y 100.000 elefantes; la población de rinocerontes y leones queda diezmada. Hacia 1930, las autoridades crean los primeros parques nacionales, donde queda prohibida la caza. Las bajas continúan y se adopta una moratoria total en 1973. Pero no surte el efecto deseado: las décadas setenta y ochenta son el período de las guerras del marfil, el tráfico de los cuernos de rinoceronte y la piel de los leopardos... ¿Los big five? Son aniquilados a gran escala. En algunos casos rozan la extinción. En Tanzania, la población de elefantes se reduce en un 80 por ciento.
Durante los años ochenta, estados y asociaciones luchan desesperadamente por recuperar las especies. Países como Kenia tienen prohibida por completo la caza en sus territorios. En la actualidad, el futuro de los grandes animales de África todavía está en manos del hombre.

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